Crónica
El pasado lunes 10 de octubre fue mi primer día de clase de inglés en Perth, Australia, Occidental. He enfrentado muchos primeros días, pues terminé el bachillerato, la universidad y una especialización, pero este sin duda fue muy diferente.
Tratando de organizar lo mejor posible todos los conocimientos de inglés que adquirí en Colombia y en algunos viajes al exterior llegué al salón de clases, muy puntual porque esto es muy importante en la cultura australiana, con mucha expectativa y las dudas que imagino todos tendríamos en la cabeza: ¿me van a entender? ¿qué tal si no le entiendo a la profesora? ¿tendré un nivel de inglés suficiente para defenderme? ¿qué pasa si no entiendo y no hay nadie que hable en español y venga a ayudarme?
Lo primero que sientes al llegar al salón de clase es la sensación de ser un ciudadano del mundo. En mi caso, escuché más de 10 idiomas diferentes, y vi estudiantes con costumbres y culturas muy diferentes a las que conocía. ¡No había ningún colombiano!* ¡No había nadie ni siquiera de ese lado del mundo!, cosa que me atemorizó, al mismo tiempo que me emocionaba por tener la oportunidad de hacer nuevos amigos y poder aprender de ellos y que ellos conocieran un poco de Colombia.
*Este es un caso particular. Hay cursos en donde podrás encontrar otros colombianos. Si es así, te recomiendo que centres tu atención en personas que no hablen tu mismo idioma.
Entre algunos de los países de los que provienen mis compañeros de clases puedo mencionar Vietnam, Siria, Etiopía, Malasia, China, India, Siria, Afganistán, Iraq y Corea. ¿cómo podría haberlos conocido si me hubiera quedado en Bogotá?
Todos llegamos con el mismo nivel de inglés, lo que nos permite hablar con el vocabulario que tenemos y lo más importante: ¡poder escuchar en inglés con distintos acentos!
<Conoce aquí los requisitos para ir a estudiar en Australia>
Al respecto, creo que este es un punto muy positivo, porque muchos dirán que no necesitan cruzar al otro lado del mundo para aprender inglés y prefieren comprar un curso online o algunas cartillas con un par de discos interactivos, pero estoy segura que esa experiencia limitada también va a ofrecer un aprendizaje limitado, nada comparable a ponerse en esta situación e interactuar para aprender el idioma. Si me preguntan, siempre diré que la experiencia es el mejor camino.
La profesora se llama Karen, es una mujer adorable con marcado acento australiano que se empeña en avanzar en la clase cuando está segura de que todos hemos entendido las indicaciones o lo que quiso decir. El primer día se esmeró para aprender la correcta pronunciación del nombre de todos y preguntarnos un poco de la vida en nuestros países de origen. ¡No imaginarían todas las interesantes historias que pude escuchar!
Ya está trascurriendo la primera semana y ahora tengo una nueva amiga de Vietnam, su nombre es Vy, con quien hablo sobre varias cosas en las horas de receso y comento las dudas de clase por WhatsApp. Esta semana todos los de la clase tendremos nuestro primer picnic en King´s Park y estamos planeando algunas actividades para el verano.
Me siento cómoda expresando mis ideas y cometiendo errores en mi pronunciación porque sé que es parte del proceso. Espero en algunas semanas hablar inglés más fluidamente y poderme comunicar mejor con mis compañeros, pues creo que este es el primer paso para enfrentar la vida real en Australia.
Esto que he vivido me ha reafirmado que Australia es un país mágico, multicultural y amable con los extranjeros. Te lo recomiendo una y mil veces para aprender inglés y de paso disfrutar de sus bondades y por qué no hacer nuevos amigos.