La seguridad social en Australia se financia con los impuestos generales y supone beneficios para todos aquellos residentes contributivos del país.
Los principales beneficiarios en la seguridad social en Australia son los ancianos, los discapacitados, las familias monoparentales, los desempleados, enfermos y familias con niños. Estas ayudas se aplican en función de los ingresos, de tal forma que son los australianos más pobres quienes reciben las ayudas más elevadas y, por el contrario son los australianos más ricos quienes reciben menores o inexistentes ayudas.
Los inmigrantes deben esperar 104 semanas antes de poder reclamar cualquier pago se la seguridad social en Australia. Para casos de refugiados o inmigrantes por cuestiones humanitarias los tiempos de espera desaparecen.
Algunos ejemplos de beneficios de la seguridad social en Australia son: pensiones de cuidado, subsidios de discapacidad, la tarjeta sanitaria, pensión de orfandad, prestación por maternidad, pago por nacimientos múltiples (trillizos o más), subsidio farmacéutico, ayuda al alquiler, subsidios de desempleo, pensión de viudedad, subsidio de formación de los jóvenes, subsidio de enfermedad, etc.